No hace ni dos semanas que volví al tajo pero echo de menos las vacaciones...si,si. Y hasta dentro de un par de meses por lo menos no volveré a tener más días de asueto para practicar el no hacer ná de ná con mis zapatos de andar sin prisa.
Lo que ocurre es que muchas de vosotras (y vosotros) vais a tener vacaciones en los próximos días (afortunadas...), motivo por el cual quiero aprovechar y recomendaros el último par de librillos que he leido (si, lo adivinais? durante mis vacaciones al sol que más calienta debajo de la sombrilla y como único sonido audible el ruido del mar de fondo). Tal vez algunas/os ya los habreis leido pero para las que no, os animo a que lo hagáis. Aquí os dejo las primeras líneas:
"Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los Libros Olvidados. Desgranaban los primeros días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza y un sol de vapor que se derramaba sobre la Rambla de Santa Mónica en una guirnalda de cobre líquido.
-Daniel, lo que vas a ver hoy no se lo puedes contar a nadie -advirtió mi padre-. Ni a tu amigo Tomás. A nadie."
(La Sombra del Viento, de Carlos Ruiz Zafón)
"Una tarde, Bruno llegó de la escuela y se llevó una sorpresa al ver que María, la criada de la familia -que siempre andaba cabizbaja y no solía levantar la vista de la alfombra-, estaba en su dormitorio sacando todas sus cosas del armario y metiéndolas en cuatro grandes cajas de madera; incluso las pertenencias que él había escondido en el fondo del mueble, que eran suyas y de nadie más."
(El niño con el pijama de rayas, de John Boyne)
Pues nada. Ya me contaréis que os parecen.
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